martes, 3 de abril de 2012

Queridos tertulianos de la habitación vacía:
Lanza su corazón al vacío y, en el último momento, a apenas un instante de chocar contra el suelo, lo rescata. Ríe mientras sigue temblando, intentando recuperar el aliento y deseando estrellarse de una vez por todas contra un asfalto que parece sonreír a su estúpida forma de diversión. 

Juega con su particular yo-yo, se divierte y sufre con cada vaivén. Sigue inspeccionando con la mirada a todo aquel que le recrimina su actitud. "Estás loca" le repiten hasta quedar exhaustos, y ella sigue dando esa respuesta, esa que sólo reafirmaba su actitud. "¿Y?" seguido de una indudable carcajada.

Reía con ganas, como muchos dejaron de hacerlo. Reía por todos y por nadie, reía hasta llorar y lloraba hasta reír.

Defendía ante todo el uso de una tercera persona para definirse a si misma, y nadie la sacaría de allí. 

¿A ella o a mí?

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